JAMÓN IBÉRICO EXCELENTE PARA LA DIETA DE LOS RUNNERS
El jamón habitualmente ha sido considerado como uno de los alimentos «tabú» en la correcta dieta de los corredores, pero en realidad esa es una teoría de lo más errónea. Hay varias clases de jamón (de bellota, de recebo, de cebo) en función de su tiempo de curación, del peso y los años de vida del cerdo y también atendiendo a la alimentación que ha recibido el animal durante su crianza.
También se denomina habitualmente al jamón dependiendo de su lugar de origen: de Huelva, de los Pedroches, de Guijuelo, de la Dehesa extremeña, de Chaves, de Jabugo, de Teruel, de Trevélez, etc. Por supuesto os recomendamos que consumáis jamón ibérico y preferentemente, jamón de bellota.
El jamón ibérico de bellota es positivo para controlar el exceso de colesterol malo, ya que contiene importantes cantidades de grasas instauradas, con un 55% de ácido oleico monoinsaturado, sólo siendo superada en este sentido por el aceite de oliva.
El jamón ibérico también contiene minerales, tales como el calcio, el fósforo, el magnesio, el cobre, el hierro o el zinc, así como vitaminas del grupo B: B1, B2, B6 y B12. También en menor proporción el jamón ibérico te va a aportar antioxidantes para que te recuperes muscularmente de tus sesiones más duras.
No elimines este importante alimento, tan tradicional en nuestra gastronomía, de la dieta del deportistas. Además, se trata de un ingrediente muy «versátil»: puede servirte para cumplimentar una ensalada, para rellenar tu bocadillo, como tapa o tentempié, etc. El jamón ibérico contiene 33 proteínas por cada 100 gramos, prácticamente el doble que el jamón serrano. La cantidad de grasas en el jamón ibérico de bellota es del orden del 11%, la mitad, prácticamente, que en el jamón serrano.
Finalmente, las kilocalorías que contienen el jamón ibérico, por cada 100 gramos, son unas 200, mientras que en el caso del jamón serrano es de unas 280. Las cifras, pues, son aplastantes en favor del jamón de calidad.
¿Porqué te recomendamos pues que consumas jamón ibérico? Fundamentalmente porque tiene una cantidad de proteínas y de ácidos monoinsaturados y ácido oleico importante, porque reduce el colesterol «malo», porque es ligero y digestivo y porque, relativamente, es poco calórico.